CARACTERISTICAS DEL NIÑO DEPORTISTA
El deporte y el movimiento son muy importantes en la infancia, les ayuda a su desarrollo físico y emocional. Además, desarrollan cualidades psíquicas importantes como seguridad, la toma de decisiones, la disposición al riesgo y la autoconfianza.
En el caso particular de los deportes de equipo, vemos una serie de beneficios en el ámbito educativo que hacen muy recomendable su práctica desde edades muy tempranas porque estimulan el afán de superación personal, se ejercita el espíritu de sacrificio, se aprende a respetar unas reglas de juego, a trabajar en equipo y se fomenta el compañerismo.
Son actitudes que una vez consolidadas, trasladarán a su vida cotidiana y formarán parte de su carácter y forma de ser y de actuar. Los niños deportistas poseen una mentalidad muy positiva hacia el aprendizaje, aprenden a actuar en situaciones tensas y toman decisiones claves en fracciones de segundos. Mentalidad que les será muy útil en su vida cotidiana.
DISCIPLINA Y AUTOCONTROL
Una de las primeras cosas que el niño llega a comprender en el deporte, es que el esfuerzo físico y el cansancio, es algo natural que forman parte del deporte. Podemos decir que el niño deportista posee una mentalidad disciplinada, sabe que de su esfuerzo personal y del de cada uno de los componentes de su equipo, va a depender los logros que pueden obtener.
Los resultados que espera con el deporte pueden estar en función a una competición en donde lo que busca es ganar o pueden ser resultados personales, cuya satisfacción es superarse y mejorar continuamente.
Es exigente consigo mismo, por lo que es natural que sea disciplinado y tenga autocontrol. Busca tener un buen rendimiento, se plantea objetivos y sabe superar los obstáculos que le dificultan compaginar los estudios con el deporte.
Con el deporte aumenta su autoestima, mejora su autopercepción y obtiene un mayor conocimiento personal. Si el niño se enfada con frecuencia y falta el respeto por el fragor del momento en la competición, los padres y el entrenador debería hablarle sobre la forma de manejar la situación, mientras le reconocen que en la agitación de la competencia se hace a veces difícil el mantenerse controlado y respetar a los otros. Es importante enfatizar que el comportamiento irrespetuoso no es aceptable.
ORGANIZACION Y COMPROMISO
A medida que pasa el tiempo y se van haciendo mayores, es más difícil compaginar un deporte que le exige el compromiso de asistir a los entrenamientos y a las competiciones, torneos o partidos, con los estudios.
Llevar ambas cosas con éxito requiere un gran esfuerzo y empeño, en determinados momentos puede ser muy duro y difícil de lograr. Por ello, debemos destacar la tenacidad de los niños comprometidos con el deporte. No obstante hay que impedir que el deporte absorba al pequeño de tal manera que le reste tiempo de estudio o descanso. Es fundamental lograr un equilibrio entre obligación, diversión y descanso.
¿COMPETITIVOS?
Los niños deportistas poseen una mentalidad competitiva. Les gusta competir y compararse con los demás, miden su rendimiento y su progreso en función de los otros.
La competitividad es algo natural que está presente en los niños y en el deporte, el problema surge cuando es mal interpretada por los padres, el entrenador o el propio niño. La competitividad bien entendida no es mala porque sirve de estímulo para progresar en cualquier faceta de la vida. Otra cosa es cuando se convierte en una obsesión por ganar o por el éxito propio.
No podemos permitir que practicar un deporte se convierta en una actividad negativa para los niños. La competitividad es sana, es algo que ayuda a superarse y lograr metas. Desde luego existe gente que no sabe competir de manera leal y hace trampa, esa es la parte negativa. Sin embargo, no podemos olvidar que al auténtico deportista le gusta el juego limpio.
La competitividad basada en la superación personal, en la cooperación con los compañeros y el respeto hacia los adversarios, es parte del proceso de formación integral de los niños.
ESFUERZO Y SUPERACION PERSONAL
Estos niños adquieren una mentalidad luchadora, no se dejan vencer ante la adversidad, están acostumbrados a la derrota, a no sobresalir, ni destacar y a asumir la victoria con respeto hacia el adversario.
A través del deporte los niños aprenden la importancia del esfuerzo personal y de la superación. Descubren como con constancia, disciplina y esfuerzo se pueden alcanzar metas, esto les llena de espíritu de superación y les forja un carácter fuerte y disciplinado.
La superación personal es un medio para conocer sus capacidades como resistencia, temperamento, autocontrol y, sobre todo, una fuente de emociones, donde la derrota y el triunfo se sienten constante e intensamente.
Aprenden a plantearse objetivos y a trabajar duro para conseguirlo, a colaborar con los compañeros, a aprender a resolver discrepancias dialogando, a ver diferentes alternativas en el juego, a relativizar la derrota y a reaccionar positivamente frente a los errores propios.
En definitiva, viven momentos en los que se pueden dar innumerables situaciones, frente a las que hay que valorar, decidir y responder en cada momento. Es aprender a vivir a través del deporte.
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